viernes, 3 de septiembre de 2010

UN CLAVO

Maldita opresión que arraiga,
como descarnado tormento vivido,
en el vacío de los recuerdos borrados.
Intangible, amado espacio,
en el que habitan olvidos,
transparentes ilusiones lejanas,
o cándidos sueños callados,
confusos temores imaginados
y contumaces certezas soñadas.

Lenta angustia que duele rincones,
quebranta caminos de historias y anhelos,
atenaza ilusiones, deshace sueños,
paraliza vida y ensombrece las claras miradas.

Reconocido lugar, retorcido y frío dolor.
Como el famoso “clavo de Rosalía”,
malo sufrirlo,
peor, acaso, perderlo.

Ilustración: Joe Sorren "In her sylent way".

12 comentarios:

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

HOLA FONSILLEDA:

TU ENTRADA, TRISTE Y HERMOSA.

YO ESTOY TRISTE POR EL INCENDIO, DE LOS BOSQUES DE OURENSE.

RECIBE MUCHO BICOS, Montserrat

mariajesusparadela dijo...

Yo deseo que arranques el clavo, aunque, por veces, lo eches de menos. Tampoco sé si es de oro, de hierro o de amor, pero sé que todos los clavos lastiman profundamente.

josef dijo...

Vencido estoy por la opresión y el desaliento. Ya casi no soy capaz ni de comentar. Hoy hatgo un esfuerzo a contra corriente, tratando de resurgir.
abrazos.

Marisa dijo...

Aunque duela al arrancarlo,
los clavos deben sacarse,
no es bueno que esté hincado mucho tiempo el dolor
iría en aumento.

Un profundo poema.

Un abrazo muy grande.

Alís dijo...

Duele tu poema al leerlo. Ni imagino cuánto te dolió escribirlo.
Hay penas a las que nos aferramos porque, paradójicamente, nos dan una razón de vida, pero siempre, siempre es mejor arrancarse esos clavos hirientes.

Un abrazo muy, muy fuerte
y biquiños

Fernando Gili dijo...

Ui Fonsilleda... que serios nos hemos puesto.
Siempre suyo
Un completo gilipollas

Unknown dijo...

Parece que hoy tiñes de dolor la entrada, por un clavo? Cuantas veces nos hemos agarrado a ese clavo ardiendo, ni te cuento…
Bien, es posible que haga algún daño, también lo hacen los que nos colocan para mantener los huesos en su sitio y que suelden como es debido, pues colócalo en el sitio adecuado y que ayude, que no dañe más y arriba el ánimo.

Un acio de bicos

ALBINO dijo...

Todos tenemos algun clavo que nos molesta. Unas veces es físico en forma de enfermedad o de desgracias próximas y otras es espiritual en forma de tristeza o de pesares.
Lo ímportante es saber soportarlo hasta que desaparezca. Porque no tiene que ser eterno.
Un beso

ARO dijo...

Pues por aquí se dice que un clavo saca otro clavo.

Perdona la broma. Me ha gustado el poema. Triste y profundo.

Tatiana Aguilera dijo...

Todos tenemos clavos, clavitos, tornillos o punzones que nos clavan o nos han desgarrado la existencia. Son amargos recuerdos que se instalan, colocan un mantel y nos observan desde su mesa...Lloramos, porque duele su puntada, porque sangran y desarman, pero debemos sacar fuerzas de flaqueza para sacarlos de nuestras carnes, de esa manera la herida puede cicatrizar.
Un beso.

matrioska_verde dijo...

Te propuse en mi blog para que hagas un trabajito, ¿quieres?
Me pasaré en otro momento a leerte.
Biquiños,

Unknown dijo...

hace poco leí algo que ahora no podría escribir pero me lo has recordado muchisimo...qué duele más ,a veces, ese clavo que nos lastima o saber que nunca más lo volveremos a sentir?...y además me recordaste un poema mío...

El flotar puede ser un clavo depilado
que se puede volver a hundir
La desesperación del silencio
llevaba sal de nubes