Cuando llegué al piso que compartimos, una fuerte discusión salía de tu cuarto. Nerviosa, sin querer intervenir por discreción, me quedé expectante hasta el momento en que sentí la detonación.
Pero era tarde, la ventana estaba abierta y solamente se oía el ventilador que, girando sobre la cama, protegía tu silencio.
Pero era tarde, la ventana estaba abierta y solamente se oía el ventilador que, girando sobre la cama, protegía tu silencio.
Imagen de Google: Estiloyhogar
3 comentarios:
ufffff ya te vale, en un día como hoy ponerme la piel de gallina así!!!
Ana cad vez haces mejores micros, este es casi espeluznante leñe.
Y no lle des sustos a cami que no teiene el cuerpo a esas cosas, solo para alegrías jajajaj.
bsssssss meiga
¡Genial!
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