El autobús se había parado. Hacía frío, mucho frío y el día estaba tan triste. El paisaje que asomaba por la ventanilla era desolador: una fila de feas casas se alargaba hasta perderse en la recta; la carretera asomaba herida y salpicada de charcos y no se veía a nadie por las destartaladas aceras.
Sin embargo ella se sentía relajada, tranquila y, sobre todo, liberada. Pensó: “como los caballos de aquella estatua”.
Pero, le molestaban los zarandeos de aquel hombre.
A cada nuevo tirón de la manga de su gabardina, alzaba la voz un poco más y repetía.
- Señorita, tiene que bajarse, el autobús ha llegado a destino.
- Señorita, señorita, llamaba otro hombre, mientras se acercaba
Una nueva sacudida en su manga, la obligó a mirar.
Dos hombres desconocidos estaban hablando al tiempo tratando de llamar su atención.
Entonces, sin decir nada, abrió el bolso y se lo mostró:
Bajo un gran cuchillo ensangrentado aparecía lo que semejaba un escroto y un pene...
Imagen: De Elia Fuentes.- http://www.flickr.com/photos/seix0
12 comentarios:
Huy! cualquiera se mete con esa mujer... te deja...jo!
Un abrazo.
Buen paseo ...mejor que se quede en el transporte.
¡Huy, qué fuerte!
No me esperaba
ese final.
Conozco la escultura,
la verdad que los
caballos llaman
la atención.
Besos
¡¡que miedo!!
lo hizo y se fue y montó en el bus... como si nada, al fin Libre.
reconocí la estatua.
biquiños,
Tremendo lo que se puede llegar a sufrir y aguantar para poder sentirse liberada/o.
Estremecedor y significativo tu relato.
Saludos
¡Las hay bravas! Pero mira no esta mal, siempre los culpables aparecen ellos, queremos igualdad ¿no?
Un montón de besos amiga.
qué libertad más efímera
Wow, muy fuerte. Y, como dice Elena, qué libertad más efímera.
Me has sorprendido totalmente.
Besos
La foto es fantástica, el relato muy bueno; pero ese final tan terrible me ha dejado de piedra.
Olá neste sábado em meu blog minha coluna poética, uma homenagem ao grupo Roupa Nova e Bruno Martins no chá das 5. Conto com sua visitá lá.
informativofolhetimcultural.blogspot.com
Magno Oliveira
Folhetim Cultural
Que final mas inesperado. Un beso.
Jo, que fuerte. Me dejaste temblando. Menos mal que está ilustrado con una hermosa foto de los caballos de Oliveira. Conocí mucho al escultor y seguí el proceso de esta obra desde que era un boceto hasta situarla en la Gran Via.
Cordialmente
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